miércoles, 18 de agosto de 2010

Animales acuáticos con detección magnética

El primer animal en el que se encontraron inclusiones de magnetita fue un molusco llamado quitón. Se encontraron en 1962, en los dentículos de los dientes (hasta 1mgr), pero parece que no la utilizan para la orientación sino que, aparentemente, es el mineral más denso y duro que puede ser sintetizado por un organismo vivo y éste animal lo utiliza para tener los dientes más duros y poder raspar así las algas presentes en algunas rocas.

En el fondo del océano se forman unas bandas magnéticas debido a las fisuras entre placas. La señal magnética de cada banda puede sumarse al campo geomagnético local, aumentando ligeramente el campo total (máximo magnético), o bien se opone al campo actual de la tierra, reduciéndolo (mínimo magnético). Estas bandas son verdaderas “autopistas” magnéticas. Se pueden detectar tales bandas de intensidad magnética máxima y mínima en regiones muy extensas del océano abierto.
El grupo de Joseph L. Kirsvink ha demostrado que las ballenas y los delfines quedan con frecuencia varados en playas donde los mínimos magnéticos interceptan la tierra, lo que da pie a suponer que los cetáceos siguen esas rutas de migración. Estos animales también tienen magnetita en el cráneo y hay una evidencia de que nadan siguiendo las líneas del campo magnético terrestre. En el caso de las ballenas, cuando hay perturbaciones geomagnéticas, hay embarrancamientos en las costas debido a que pierden su orientación.
Estas sendas podrían proporcionar también información direccional a las tortugas migradoras. Estas tortugas encuentras playas específicas para poner los huevos que se encuentran a miles de kilómetros. Por ejemplo, la tortuga verde (Chelonia mydas) que se encuentra normalmente en Brasil, pone los huevos en la isla de la Ascensión en el Atlántico sur a 2000 Km. de distancia. Recientes experimentos usando satélites para el seguimiento de los desplazamientos muestran que frecuentemente siguen caminos en línea recta. Esta capacidad para orientarse no puede basarse en un mecanismo de aprendizaje. La tortuga hembra deposita los huevos en un agujero de la playa y retorna al mar enseguida y, desde el momento de nacer, las crías tienen la capacidad de dirigirse hacia alta mar siguiendo unas direcciones en línea recta hacia los lugares donde se alimentan. Por tanto, la capacidad de orientación debe ser innata.
Varios parámetros geomagnéticos varían de manera uniforme y predecible según la latitud: así, la inclinación de la líneas de campo magnético (ángulo con el que las líneas del campo magnético terrestre interceptan la superficie de la Tierra) y la intensidad del campo magnético en las direcciones horizontal y vertical. Cualquiera de estas magnitudes podría servir de componente en un mapa para determinar la posición con respecto a un objetivo. Se ha demostrado que las tortugas pueden detectar tanto la intensidad como la orientación del campo magnético terrestre con lo cual pueden usar un “mapa” magnético de dos coordenadas. Una diferencia importante entre las crías y los adultos de tortugas estriba en la capacidad de los segundos para fijar su posición con respecto al destino, esta capacidad recibe el nombre de sentido de mapa. –sabemos poco del sentido de mapa de los animales. Tan sólo se han investigado con profundidad en las aves.
También se ha encontrado magnetita en salmones, algunos moluscos, crustáceos, caracoles marinos, algas, gusanos, planaria, atún y marlín. Estos animales se comportan de tal forma que está claro que son capaces de captar el campo magnético terrestre y la magnetita debe ser el instrumento.

1 comentarios:

Unknown dijo...

es un documento muy interesante , es algo genial porque asi nos culturizamos cada dia mas ... me parece que la persona que escribio esto tiene muy buenas ideas sobre los animales acuaticos

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